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Impenitente

Impenitente vivo El arrepentimiento me es desconocido Un velo, el frío Un trueno, el fuego Gélidas caricias ¿Cuánta culpa existe   en el placer? ¿Cuánta pena se oculta en el gozo? La embriaguez del lujo La condena del deseo Cadenas deliciosas Sentencian mi ser hedonista Los clavos llueven Susurros penetrantes Miradas de hiel Todo es aire a mis oídos Impenitente vivo Soy mi amo y mi señor.

Enemiga fiel

No eres el fin eres el inicio de la eternidad. Mi enemiga Destino irrevocable En tus brazos descansan mis miedos y mis sueños tiemblan ante tu nombre. ¡No, no vengas!- grito con desespero y, sin embargo, te espero si dudar... He aprendido a consolarme acepto tu inminente triunfo pero anhelan mis ansias tu lejanía. ¡Oh implacable! tú que con tu látigo sometes al mundo permite que sucumba tarde permanace en tu lecho de espinas que ante ti, mi sino, soy cobarde.

Los estereotipos sociales: Una traba más en la lucha por la igualdad de género.

Los estereotipos sociales: Una traba más en la lucha por la igualdad de género. Desde hace algún tiempo he podido observar como el movimiento feminista aumenta en popularidad. En todos los escenarios sociales se plantea la lucha por los derechos de las mujeres como un hecho digno de elogio que vindica el lugar de las féminas en la palestra pública. Sin embargo es lamentable que todo el esfuerzo realizado desde hace siglos por las representantes   de dicho movimiento, hoy sea visto como un   asunto de tendencia o de moda; llegando incluso a establecer estereotipos que determinan la percepción de la mujer feminista a los ojos del mundo.      “Una feminista no se maquilla, no se depila,   no se dejan el cabello largo, No se visten de rosa, fucsia ni   usan accesorios “femeninos”; las feministas no se casan, no tienen hijos, no se dedican a labores domésticas, no usan vestidos, no permiten que un hombre pague la cuenta…” y así van apareciendo cada día más características que han sumi

¿ACASO TE AMO MENOS POR ESTAR DISTANTE?

¿Acaso te amo menos por estar distante? Por malgastar tus labios en otra piel, Por dedicar tu risa a quien no soy yo, Por no arrullar con tu voz mis sueños. ¿Acaso te amo menos por eso? ¿Acaso es olvidarte el estar lejos? Permanecer sin tu aliento, Despertar con otros besos Y sentir en otros brazos. ¿Acaso eso es olvidarte? ¿Acaso me amas menos? Cuando mi ausencia llena tu cama, Cuando no acaricio tu cabello, Cuando nuestros cuerpos no se amalgaman. ¿Acaso me amas menos? ¿Qué es la distancia ante el amor? Sólo una pequeña piedra en el ancho camino. Sólo una mancha en el cielo infinito. Sólo un punto en el tiempo efímero. ¿Acaso te amo menos por estar distante? NO.

Infructífero

Los retoños van brotando de la tierra la humedad los hace crecer rayos de sol nutren sus formas pasan los días, meses, años... Ahora es un árbol colosal su sombra lo cubre todo sin embargo no hay frutos. Un día inesperadamente las hojas caen como gotas de lluvia todo se seca, se consume... surgen larvas asquerosas, parásitos, plagas... Su vida se extingue. Se derrumba con sus raíces expuestas  y en ellas hay sangre, dolor, pena, humillación. No estaba destinado a ser. Las aves en derredor lloran sin cesar su pérdida, ya no hay donde posarse. Sus nidos también han perecido con la sombra de lo que  pudo ser y ahora está en el reino de la nada.

Un clamor

Rocas desperdigadas Escombros humeantes los restos de sus quejas ahora son las brasas Nadie puede apagar la rebelión. Los gritos se alzan  resuenan por encima de la voz opresora Un millar de voces le dan fuerza al clamor. Una sirena intenta mitigar el sonido pobre sirena inútil... Desde el subsuelo emergen los silentes el miedo murió a manos del hambre. Los disparos suenan distantes  pronto estarán aquí  y sin embargo el temblor no llega. El humo lo abarca todo arde y quema por dentro  los pulmones parecen explotar y los ojos se desbordan pero nadie se va. No importa la fuerza No importa el dolor no importa la sangre nada importa ya... Ahora sólo existe un camino: Libertad.

Rojo

Lo gris se tiñó de rojo y entre el charco yace el inocente sus ojos fijos claman al cielo por justicia  nadie oye El soldado firme  alza el fusil dispara una y otra vez Los pétalos blancos teñidos están de carmesí Los dolientes gritan su ira rechinan sus dientes Se derrumban las paredes que contienen su pena El cielo se abre en dos y por las grietas se derraman lágrimas Las lágrimas de Dios.