Un clamor

Rocas desperdigadas
Escombros humeantes
los restos de sus quejas ahora son las brasas
Nadie puede apagar la rebelión.

Los gritos se alzan 
resuenan por encima de la voz opresora
Un millar de voces le dan fuerza al clamor.
Una sirena intenta mitigar el sonido
pobre sirena inútil...

Desde el subsuelo emergen los silentes
el miedo murió a manos del hambre.

Los disparos suenan distantes 
pronto estarán aquí 
y sin embargo el temblor no llega.

El humo lo abarca todo
arde y quema por dentro 
los pulmones parecen explotar
y los ojos se desbordan
pero nadie se va.

No importa la fuerza
No importa el dolor
no importa la sangre
nada importa ya...
Ahora sólo existe un camino:
Libertad.

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